PARQUE NATURAL DE LA ZONA VOLCÁNICA DE LA GARROTXA / jorge maqueda

La formación del lago de barrera volcánico más grande de la península Ibérica: La Vall d’en Bas 

Situación: La Vall d’en Bas está situada en el extremo nororiental de la península Ibérica, en la provincia de Girona, en lo que corresponde a la cabecera del río Fluvià, al sur de la ciudad de Olot, capital de la comarca de la Garrotxa. Se encuentra justo en el límite del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, espacio natural protegido creado en 1982. Ocupa una extensión aproximada de 1.500 ha, y está delimitada por la sierra de Santa Magdalena, al oeste, el altiplano de Falgars, al sur, y la sierra de Marboleny, al este. El llano de la Vall d’en Bas incluye el pueblo de Les Preses y los núcleos rurales de la Pinya, el Mallol, Sant Privat d’en Bas, Sant Esteve d’en Bas y Els Hostalets d’en Bas. F

Figura 1. De color verde se resalta el ámbito geográfico de la Vall d’en Bas (Girona).  

Contexto geológico Los volcanes de la zona volcánica de la Garrotxa, del cuaternario, constituyen las últimas manifestaciones volcánicas de la península Ibérica y datan del holoceno y pleistoceno (10.000 a 700.000 años de antigüedad). En esta zona se han identificado tres tipos de actividad eruptiva: estromboliana, freatomagmática y efusiva. La actividad estromboliana, de baja explosividad, genera básicamente lapillis y rocas que construyen el típico cono de escorias. La actividad freatomagmática se produce por la interacción entre el agua del subsuelo y el magma dando lugar a una actividad muy explosiva durante la cual el volcán lanza, principalmente, cenizas volcánicas y forma edificios volcánicos tipo Maar y anillos de tobas. Y finalmente, la actividad efusiva, muy poco explosiva, produce coladas de lava que fluyen resiguiendo la dirección que proporciona el máximo pendiente, creando barreras naturales en cursos fluviales dando como resultado la aparición de los llamados lagos de barrera volcánicos, como el que se presenta en esta excursión. Aunque existen lagos de barrera volcánicos similares al de la Vall d’en Bas en la misma zona volcánica de la Garrotxa (valles del Ser, Brugent o Llémena) y también en otros países de la Europa continental, como por ejemplo en Auvergne (Francia), Eiffel (Alemania) o en algunos puntos de Italia, éste, por sus dimensiones, características geomorfológicas, procesos geodinámicos asociados y por su estado de conservación, es realmente único en el ámbito de la península Ibérica. 

Secuencia geológica: El relieve actual de la Vall d’en Bas viene originado por las distintas erupciones que se han ido produciendo en la cabecera del río Fluvià desde hace más de 100.000 años y que han ido obstruyendo el río en distintas ocasiones provocando la acumulación de sedimentos aguas arriba del cauce, un proceso que ha sido documentado desde la década de los años treinta, en el siglo pasado. En principio se creía que el volcán responsable de la última obstrucción del río Fluvià fue el volcán del Croscat (Figura 2) pero, posteriormente, debido al mayor conocimiento geológico de la zona, se sabe que la última colada de lava que obstruyó el paso del río Fluvià fue la del volcán del Puig Jordà (Figura 3), próximo al conocido hayedo de la Fageda d’en Jordà, declarada Reserva Natural.

Figura 2 (izquierda). Primera hipótesis sobre la creación del lago de barrera volcánico de la Vall d’en Bas. Fuente: Mallarach, J.M. (1981). Els volcans olotins i el seu paisatge. Figura 3 (derecha). Esquema en el que se aprecia que el responsable del último barraje del río Fluvià fue el volcán del Puig Jordà. Fuente: Planagumà, LL. (2005). L’interès geològic del Fluvià a la Garrotxa. Revista de Girona núm. 231.














El barraje provocó la acumulación de depósitos aluviales (gravas, arenas y arcillas) en el centro de la Vall d’en Bas y coluviales en los márgenes (como por ejemplo el abanico coluvial de Joanetes). Estos depósitos se alternan con niveles de turba procedente de la acumulación durante años de materia orgánica en los antiguos humedales. Una de los efectos de este relleno de la Vall d’en Bas con sedimentos aluviales y coluviales fue el rejuvenecimiento del cauce del río Fluvià que fluye tranquilamente de forma sinuosa, formando los típicos meandros, una formación geológica característica de la parte baja de los ríos y no de su zona de cabecera. 

Años después que se produjese el barraje, el río Fluvià se abrió paso de nuevo entre el relieve de rocas eocénicas de la sierra de la Pinya y la colada de lava del Bosc de Tosca. Actualmente, el llano de la Vall d’en Bas está dedicado al cultivo intensivo de cereales y forraje para el ganado. Una pequeña parte está ocupada por zonas urbanas, industriales y de servicios y, aún, existen unas pocas parcelas destinadas a pastos que ocupan el límite entre la zona llana y las vertientes montañosas próximas.
















El Bosc de Tosca El Bosc de Tosca, como se llama a la parte final de la última colada de lava basanítica que barró el paso al río Fluvià, destaca por su morfología singular caracterizada por la presencia numerosa de tossols y por un entramado laberíntico de paredes de piedra en seco construidas durante el proceso de artigaje (proceso de obtención de pequeñas parcelas de cultivo) al que fue sometida esta zona durante el siglo XIX. La calidad del paisaje es excepcional. 

Els tossols La formación de los tossols se debe a una colada de lava que fluye por encima de una zona húmeda (1). Los sedimentos empapados de esta zona húmeda se calientan en contacto con la colada de lava (2) y generan vapor de agua. Este vapor de agua asciende por fracturas (3) provocando una pequeña erupción y la deformación del techo de la colada (4). 

















En el Bosc de Tosca, situado entre el volcán de Cabriolers y el río Fluvià, hay unos 80 tossols. Los tossols se encuentran repartidos a lo largo de la colada de lava que proviene del volcán del Puig Jordà (figura 6).

Estos 80 tossols presentan tres tipos de morfologías diferentes:

a) Forma cónica cubierta por muchos bloques y de 2 a 4 metros de altura.

b) Forma cónica con presencia de grandes bloques de basalto y piroclastos soldados,

de 5 a 10 metros de altura.

c) Con cráter en forma de herradura y formado sobre todo por piroclastos soldados.

Muchos tossols, sin embargo, tienen otras formas, como canteras, producto de la explotación por el hombre. Las formas resultantes de estos tossols son puntiagudas y curiosas. Los tossols que tienen crestas puntiagudas de roca basáltica, como el Puig de Pedra, son el resultado del desmantelamiento por parte del hombre de todas las rocas que había alrededor, piroclastos mucho más blandos y ligeros. Una observación interesante: a menudo aparecen alineados agrupados en dos o tres tossols; esto nos indica la dirección de flujo de la colada de lava. Los tossols no son un fenómeno muy habitual en la Tierra. Estas pequeñas colinas sólo se han descrito en Islandia, al fluir las lavas por terrenos húmedos y turbosos, y en el planeta Marte, que fluyen por encima de sedimentos helados. Solo en condiciones especiales y frías se pueden originar estas morfologías. En la zona se explica la formación de estas morfologías al coincidir la erupción del Puig Jordà con una máxima glaciar hace 17.000 años. Durante esta época las temperaturas eran 4 grados por debajo de la media actual. 


El proceso de artigaje comportó mover las rocas que constituían la superficie de la colada de lava y su acumulación en los márgenes de las parcelas de cultivo formando paredes de piedra en seco con alguna cabaña, también de piedra en seco, que se utilizaba para guardar los utensilios de labranza. La mayoría de los tossols se dejaron sin cultivar, pero algunos (Figura 8) sí lo fueron. 


















Actualmente, en el Bosc de Tosca, predomina el bosque bajo, debido al abandono de las pequeñas parcelas cultivadas, pastos, zonas de cultivo y huertos. Las zonas próximas a la ciudad de Olot han sido urbanizadas y también ocupan una importante extensión algunos equipamientos deportivos.

 Por su carácter excepcional, el Bosc de Tosca fue objeto de una de las primeras solicitudes de protección en Cataluña. En el año 1917, el cura Josep Gelabert presentó una solicitud formal de declaración del Bosc de Tosca como Parque Nacional, una petición que fue apoyada por el mismo Ayuntamiento de Olot así como por numerosas autoridades locales. Finalmente, la petición no fue atendida por el gobierno del Estado.

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