¿Están los volcanes de Auvernia extintos? / jordi maqueda

SUBIENDO VOLCANES / Volcanes de la Auvernia - Francia / les volcans d'auvergne, France

Sabemos que los volcanes de Auvernia, de la cadena Puys no están “activos”, quiero decir en actividad en la actualidad. Pero. lo que menos se sabe de estos volcanes, es que algunos son “jóvenes” muy jóvenes: con menos de 10.000 años,  más jóvenes que los de la Garrotxa (Catalunya- Olot) en España y, no es improbable que algún día despierten, como veremos.



Los científicos continuamente nos dan noticias acerca de volcane: noticias, que sorprenden, como cuando en 2019 unos científicos descubrieron una "zona caliente" que alimenta un volcán inactivo durante siglos, muy cerca de Nápoles, Italia ( informaba entonces el medio inglés The Independent). En España, también tenemos volcanes de este tipo en la Garrotxa -Catalunya, los más jóvenes de la península por cierto, cuya última erupción fue hace más unos 10000 años (Momtsacopa) aunque sin datos relevantes actuales. Pero, y en Francia ¿qué pasa con los volcanes del macizo central de Auvernia? Estos volcanes son mucho más jóvenes que los de la Garrotxa, solo hay que mirar los datos y vemos que la Auvernia experimentó su última erupción volcánica hace unos 6.700 años, dando lugar al Lac Pavin en Puy-de-Dôme, por tanto, los volcanes de la cadena de Puys, técnicamente, no están extintos: sino dormidos. Pero ¿sabemos qué pasa debajo de estos volcanes? Pues parece que sí, y este es el dato: Investigadores franceses, hace tan solo unos años (yo personalmente he leído publicaciones de entre 2016 / 2017) descubrieron una gigantesca reserva de magma aún líquido, zona caliente, a unos pocos kilómetros de profundidad, de 10 a 12 km como máximo bajo tierra en el Puy-de-Dôme. Sin embargo, es casi imposible predecir una posible próxima erupción. Tal y como ocurre con este tipo de volcanes “Puede ser en tres meses, en 5.000 años”, o quizá antes de 2000 años apuntan los científicos. Sin embargo, “en 2006, un volcán inactivo durante más de 14.000 años, sorprendentemente entraba en erupción en Alaska”: un volcán dos veces más antiguo que el de Lac Pavin en el Macizo Central. Por tanto... ¿Podrían estos volcanes de la Auvernia entrar en erupción?

El posible despertar

Podemos leer bastante en torno a este tema en redes y revistas. Al respecto, la comunidad científica está de acuerdo en que es posible un resurgimiento de la actividad volcánica en el Macizo Central y, algunos elementos argumentan a favor de esta tesis: En primer lugar, en la zona existen volcanes antiguos, pero también muy recientes,  en tres áreas concretamente: la cadena Puys (la última erupción, la del Puy de la Vache y el Puy de Lassolas, data de hace solo 8.600 años); la región de Besse-en-Chandesse ( mar del Lac Pavin que tiene sólo 6.900 años); y Vivarais (serie de volcanes en el noroeste de Ardèche, el último de los cuales tiene sólo 10.000 años). Luego, Sabiendo que la cadena de Puys conoció periodos de sueño –inactividad- todavía más largos que el que nos separa de la última erupción, no se la puede ni se debe considerar extinguida la región; y lo mismo sucede en otras áreas. Igualmente, se establece que existen varias anomalías geofísicas bajo el Macizo Central (aunque, sobre esta anomalía hablaré al final). 

Vemos que son muchas las posibilidades de un evento volcánico (eruptivo) en la zona, y los científicos coinciden en ello. Pero ¿hay que tener miedo? y, cómo sería este evento ¿Estallará el Puy-de-Dôme ? o algún otro cono. Pues, de entrada, ocurre que los volcanes de Auvernia son “monogénicos” como los de Cumbre Vieja en La Palma, y algo hemos aprendido todos, en la tele estos días, de los volcane monogenéticos, es decir, que sólo entran en erupción una vez y, el magma no puede subir a través de sus chimeneas anteriores, ahora selladas. Por tanto, y en caso de volverse a iniciar una etapa de vulcanismo activo en la zona, —hay científicos que creen que se producirá una erupción antes de 2000 años, probablemente, en la famosa cadena de los Puys— la lava tendría que abrirse de nuevo paso entre la corteza como ocurrió hace unos meses en La Palma para llegar a la superficie; y hacerlo fracturando la roca por el esfuerzo ejercido, lo que generará sismicidad: señales de alerta perfectamente capaces de ser detectadas por los sistemas de vigilancia

En Clermont-Ferrand, el descubrimiento de que todavía hace calor bajo los volcanes inactivos de la Chaîne des Puys despertó el entusiasmo de los vulcanólogos y locales, pues se trata de un resultado notable, no exento de casualidad como veremos: 

Los Investigadores franceses descubrieron  a pocos kilómetros de profundidad este enorme reservorio de lava. En su origen, se todo se debió a una ardiente casualidad nos cuentan: los investigadores del Centro de Investigaciones Petrográficas y Geoquímicas (CRPG) pretendían cartografiar las "tuberías" subterráneas entre Puy-de-Dôme y Sarcoui, dos volcanes separados por cinco kilómetros y situados al oeste de Clermont -Ferrand. "Nuestro trabajo inicial consistía en comprender por dónde había pasado el magma, cómo se organizaban las tuberías durante su ascenso a la superficie"—, explica Lydéric France, profesor de esta unidad de investigación conjunta del CNRS y la Universidad de Lorena.

Para ello, el equipo de científicos trituró muestras de roca (traquita) inalteradas por las condiciones climáticas y luego analizó los isótopos de oxígeno contenidos en sus cristales para obtener información sobre la contaminación por el magma de la corteza terrestre durante su traslado a la superficie, y durante su enfriamiento. Gracias a un estudio comparativo de varias muestras, los investigadores pudieron volver a dibujar el mapa de las diversas tuberías y depósitos que transportaban el magma desde su fuente, ubicada a 30 kilómetros bajo tierra. Pero esos mismos datos también revelaron una gran sorpresa: la contaminación de los pedazos de roca estudiados era idéntica, a pesar de la distancia existente y que separaba a Puy-de-Dôme de Sarcoui, que ciertamente son vecinos, aunque separados por varios otros volcanes. La única explicación posible, era que "el magma tomó un único camino y procedía de la misma cámara magmática situada a 10, 12 kilómetros de profundidad", resume Lydéric France, uno de los autores de este estudio retransmitido en el blog de Le Monde "Passeurs de sciences".

Con los datos en la mano, el volumen de magma sería a tal (en torno a 6 a 15 kilómetros cúbicos) que no habría tenido tiempo aún de enfriarse durante los milenios transcurridos desde las últimas erupciones, juzgan los científicos, que también se basan en cálculos previos realizados en 2013 por el Universidad de Orleans para reforzar su tesis. "Por tanto, el magma seguiría siendo "parcialmente líquido" y tomaría la consistencia de una "gacha de avena cristalina" si se cierra el grifo, pero todavía hay agua en el tanque:  El área todavía es volcánica mente activa", concluye Lydéric Francia. 

Por último y refiriéndome a la anomalía geofísica:  discontinuidad de Mohorovicic, tiene sólo 20 km de profundidad en la zona (mientras que está a 35 km por debajo de París) y la temperatura del manto es de 1.300 °C a 30 km de profundidad, mientras que la normal es de 900 °C. Pero, nada de esto indicaría, siempre en opinión de los científicos, que la pluma de material caliente sea el comienzo de próximas erupciones, sino más bien sería un legado del pasado; sin embargo, no se pueden descartar evento. Sobre esta anomalía geofísica en concreto, la zona más caliente se extiende desde Cantal hasta Vivarais y no afecta a la cadena Puys, lo que lleva “a algunos especialistas” a pensar, que próximas erupciones pueden no ocurrir donde se esperan.... refiriéndose a una zona probable, que no sería actual. 

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