VOLCÁN DE IZALCO y, de cómo una llanura alcanzó los 1830m de altura / Jordi Maqueda

Cuando llegué al Salvador me falto tiempo en preguntar por el volcán de Izalco (Izalco, es el pueblo que da nombre al volcán, en Sonsonate). Ni que decir tiene, que venía con la mente y el espíritu puesto en dos volcanes Salvadoreños: Santa Ana, e Izalco; pero, sobre todo, acercarme y si podía subiral Izalco fue siempre la prioridad durante mi estancia en el Salvador. El Volcán de Izalco es el más joven de los volcanes de El Salvador y uno de los más jóvenes del continente americano. y de acuerdo a la versión popular, se creé que se originó en el año de 1770, cuando un orificio en la falda del Volcán de Santa Ana comenzó a despedir humo y cenizas. Sin embargo, esa historia, cuando investigué un poco más sobre el terreno, preguntando, ya no me pareció ser del todo correcta.

Ciertamente, lo que hoy vemos y llamamos volcán de Izalco no existía en tiempo de conquista, cuando los primeros españoles empezaron a transitar estas tierras, por lo que nada debería haber llamado la atención de aquellos primeros exploradores sobre el lugar, donde hoy se alza el volcán. Y parece difícil, dar un momento exacto para el nacimiento de éste; pues, tampoco luego, las autoridades coloniales estuvieron en su momento rigurosas, a la hora de hacer anotaciones al respecto; por lo que el origen del hermoso cono izalqueño ha tenido que ser relatada, a lo largo del tiempo, por aquellos científicos asombrados ante el fenómeno que tenía lugar ante sus ojos. Por supuesto, que “Infiernillos” en la zona si los hubo, y desde mucho tiempo atrás. Se creé que ya que los vio D. Pedro de Alvarado, allá por el año 1524 (batallas en Tecpan-Izalco). Igualmente, otro notable viajero Tomás Gager, pasó en 1637 por La Trinidad de Sonsonate reportando: “De allí sale continuamente un humo negro y espeso que huele a azufre y llamaradas de fuego de tiempo en tiempo”. Parece, que Gager ya pudo ver un Izalco en sus primeros momentos, todavía “sin faldas ni estatura” ― como escribió don Francisco Gavidia: "Así el ardiente Izalco un tiempo era, Un declive sin faldas ni estatura, Donde al sol dormitaba la palmera, Abanico oriental de la llanura".

Pero tal actividad geológica, bien documentada desde antaño, hace desechar la creencia popular de que el coloso nació súbitamente, de un día para otro, en 1770. Así,  Jorge Lardé Arthés (San Salvador, 21 de sep de 1891 - ibidem, 23 de julio de 1928) científico salvadoreño, conocido como El Sabio por sus contemporáneos) se refiere a una explosiva erupción del Izalco en 1753 y comenta: “Podemos decir que si acaso tenía el Izalco un cono ya en 1753, éste debe haber sido tan pequeño que se consideró como parte integrante del volcán de Santa Ana...” Y continúa: “A fines de 1769 se sintieron algunos temblores, y en 1770 se produjo una importante erupción a partir de la cual puede decirse empezó a acrecentarse el cono del Izalco de una manera notable”. Y si bien, esa espantosa explosión de 1770 no es cierta para la geología, sí lo es para el poeta que escribió: “Una noche el espíritu del mundo / sacó de las entrañas de la tierra / una cima espantosa / un torrente de luz que alumbró el mundo.” Y desde entonces Izalco eruptó cada veinte minutos ―parecido a como hoy sucede en el Estromboli― piedras, lava y ceniza. De ahí el sobre-nombre “El Faro del Pacífico”. En 1955, para asombrar al viajero con las cronométricas erupciones, se construyó un hotel de montaña en el adyacente Cerro Verde. Cuando se abrieron las puertas de aquel magnífico parador, el bellísimo volcán, ya de 1,830m de altura, dejó de hacer erupción. Y continúa en silencio, hasta hoy. Razón ésta por la que dí gracias en el momento de ascender su cráter, a principios de Sep de 2019, no por ellos sin llevarme entonces alguna que otra quemadura en las manos.



imagen del Volcan de Izalco aun en formación. El informe municipal de Asunción Izalco del mes de diciembre de 1859, fija en el año de 1772 el nacimiento del célebre volcán de Izalco, llamado también por los marinos que recalaban la rada de Acajutla, "Faro del Pacífico", "Faro de El Salvador" y "Faro de la América Central", a causa de sus notables y frecuentes erupciones de magma incandescente.

 


Izalco 1946



Esta postal, tomada en diciembre de 1949, muestra una erupción de vapor pequeñas y una vista de la antigua corriente de lava en el lado del cono en el primer plano. . Sus pequeñas erupciones explosivas continuas (comenzando en 1770) hicieron que se conociera como el "Faro del Pacífico". La actividad consistió en la expulsión de lluvias de ceniza y bombas con flujos de lava ocasionales de las rejillas de ventilación laterales. La actividad se detuvo poco después de un hotel que fue construido cerca para dar cabida a los turistas. [Crédito de la imagen:. Howell Williams] 

1 de marzo de 1955, a las 23:00 horas Foto de Meyer Abich , La corriente de lava del 28 de febrero de 1955, que bajo por la profunde grieta en el ENE del borde del cráter del Izalco , vista desde el pie NE del volcán (en el collado con el Cerro Verde) El informe municipal de Asunción Izalco del mes de diciembre de 1859, fija en el año de 1772 el nacimiento del célebre volcán de Izalco

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