Este homenaje conmemora el 30º aniversario del 3 de junio de 1991, día en el que el pico Fugendake del monte Unzen desató una inundación repentina de cenizas volcánicas, rocas y gases -un flujo piroclástico- que se cobró la vida de 43 personas. El volcán había ido despertando y retumbando poco a poco desde hacía casi 8 meses, y las erupciones poco a poco iban haciéndose más intensas. Estas personas habían instalado un campamento en la zona de evacuación, ya sea con la esperanza de capturar imágenes espectaculares, continuar trabajando en sus campos o simplemente estaban haciendo su trabajo. Esta decisión resultó trágica.
Editado en gran medida en orden cronológico, el metraje impactante y a
menudo inquietante de este tributo (recopilado a lo largo de casi siete años de
investigación personal) cuenta la historia de lo que sucedió y se complementa
con la magnífica música de Olivier Floro para el documental "Face Au
Volcan Tueur".
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